viernes, 3 de agosto de 2007

Ya me mordiste y ni siquiera sentí que me tocaste...





No buen Oblas, no acertaste, erraste completamente en tu fallo, en tu clásico y volátil juicio sobre la amistad. El soñar con un perro que me mordía la mano con amor, y que quería jugar conmigo, nunca me sugirió desconfianza ante una amistad tan sincera como la chaveta de un asaltante. Es más que triste, aburrido para mi aceptar que fue todo lo contrario: el perro quería morderme y llevarme a la muerte, no puedo contener el apuro de sus dientes, pero trató de manipular sus ancestrales tendencias a la fidelidad para engañarme, bailar sobre mi interrumpidísima y casi nula, pero inocencia al fin y al cabo. Pero...¿Dije casi nula? Realmente voy percatándome que para dejarme engañar hasta en los sueños, debo tener algo de tonta y confiada dentro de mi arraigada desconfianza.
Las intenciones del perro, de la perra, del gato y del pericote, no fueron las mejores, tampoco las peores, pero vaya que supieron hacer un pastel de tragedias. Ellos colmaron plenamente su hambre comiendo el pescadito y clavándome con dulzura y lentitud las espinas en el ombligo, en mi inicio, en lo único visible que asevera mi lado real, mi humanidad.
Entonces...¿Quién ganó? Diría que el hombre, la máquina, Adán, Eva, la serpiente, o talvez la misma manzana que contemplaba todo desde su fresco y antioxidante punto de vista. La manzana conservaba, esperaba, atendía con satisfacción en su razón de ser y en su vocación: ser comida. Nadie por lo tanto, podría reprocharle ser roja y deliciosa...ni siquiera la serpiente en toda su arrastrada vida se le ocurrió incluir en sus sugerencias alimenticias una manzana, y Eva, en su dietética vida jamás penso incluir en su régimen algo que fuera distinto a las leyes de la vida, al obedecer con pasión.
Moraleja patética: no confíes en nadie, así esté vestido de manzana...


3 comentarios:

  1. Anónimo10:23 p.m.

    totalmente impresionado estupefacto y sobretodo admirado... coincido con lo de la manzana roja .. y el hecho de no confiar en nadie que caiga de un arbol.. con relacion al perro definitivamente cualquier can que muestra los dientes es de temer.... pero si mueve la cola.. solo quiere jugar o ser engreido.... la desconfianza de confiar en alguien no siempre esla adecuada solo hay que tener cuidado.. 4 ever and ever..

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  2. claro.. considerando que la nada no existe...

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Gracias por comentar.