lunes, 28 de marzo de 2011

Poema




Son del sonido, sus broches

mayores.

Son de los choclos,

su ofertorio sagrado.

Es un grito que se

desgarra

¡AHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHH!


Es mi soledad sin

grupo, sin nombre.

Son mis nombres sin nombre

Son mi calzón sin calzones

Es la calle amarrada

De mi tiránico deseo de

Cantar.

Al cisneeeee……….

Al cisne que se toca

Cantarle al cisne que baila

Oh Oh Oh quendo

Oh Oh Oh Singular

Oh de horrible semana pascual.




domingo, 27 de marzo de 2011

Conversar







Conversar es un largo pesar que se disuelve. Río con cautela para no estorbar el sonido, para cuando termine de hacer lo que hago me vaya sin ningún remordimiento. La calle en la que solía ver las tardes alejarse, está ahora cerrada y en su lugar unos hombres construyen algo así como un supermercado o un hospital o tal vez no construyan nada, o tal vez no hay ningún hombre en ningún lugar, y son mas bien espejismos de brujas que quieren conversar, se sienten solas y saben que conversar puede ser un largo pesar.






sábado, 19 de marzo de 2011

Psicología



Un buen amigo se preguntaba si ser psicólogo sería un asunto aburrido.
Yo tenía que irme así que no le respondí. En consecuencia tanto la pregunta como la respuesta quedaron encerradas en sus propios corchos, como sendas botellas de propulsiva champaña.
La verdad no conozco personalmente a muchos psicólogos, pero tengo una idea de la Psicología que si bien puede ser errada, es la idea que se me ha formado con el tiempo y la experiencia, así que de equivocarme asumo totalmente las consecuencias de mis opiniones, que son lo único que tengo por defender.
Siempre he visto a los psicólogos como personas con graves problemas mentales, personas que desean huir de cierta manera- o de cualquier manera- de la realidad que los circunda. Es decir, si existe una profesión que englobe a las personas que posean alguna alteración de moderada a severa en su conducta, una escisión profunda en sus procesos mentales, estaríamos hablando de la Psicología.
Y por qué? Simple. Por la búsqueda de respuestas.
Yo no estoy en contra de la Psicología, pero sí de algunos psicólogos, quienes necesitan urgentemente internamiento en alguna casa de reposo lejos de la civilización.
Ojo que en contra de ellos no tengo nada, pero sí estoy en contra de que basándose en criterios personales brinden una consejería incorrectamente orientada a los incautos pacientes, que con las más cándidas y confusas intenciones sacan una cita con deseos de que se convierta en su ticket de entrada al "bus mágico".
Y no es fácil ser psicólogos. Hay que primero tener cierta estabilidad mental y emocional.
Y yo respeto si alguien de mi entorno opta por estudiar Psicología pero es ya un síntoma, según yo. Y no para separarlo de la "sociedad" (si es que existe), sino para ayudarlos de algún modo.
Y tampoco estoy criticando a la gente con problemas de personalidad o emocionales. De hecho, les está hablando la Depresión en persona! Pero pongo mi granito de arena para mejorar, un granito que se deshace en partículas cada vez más pequeñas, pero que al fin y al cabo es grano.
Y sobre todo lucho, del mimo modo que Bábidi lucha por sus propias causas.


lunes, 14 de marzo de 2011

Poema



No sé quién me he vuelto desde el incidente del dinosaurio aquel.
Un martillo blanco cayendo y cayendo y cayendo
al suelo.
No sé de aquel sonido nada sino un silencio.
No sé del furor de las ratas nada,
ni de la ausencia paulatina
de un ladrar, una voz ebria,
un palidecer tras cualquier
vidrio.
No sé quién me he vuelto
tal vez una mujer.
No sé quien contesta tras el espejo
cuando se me da por tocarle la nariz
a una luz que llaman
rostro.
Quién me he vuelto?
No sé quien soy desde aquel día.

Pero camino de ida y venida
sin pensar siquiera.
Pero camino
como dormida.
Pero mañana
voltearé para ver mis pasos.


No sé qué clase de quién me he vuelto
desde el incidente aquel.



miércoles, 9 de marzo de 2011

Sobre la poesía.




La poesía es a veces un arte y a veces una enfermedad. Pero el arte es una enfermedad virtuosa también, por lo tanto no existe Arte sin Enfermedad, y no existe Poesía sin vivir en un estado de constante agonía.

Nadie puede asegurar cuál es el fin de la poesía, ni tampoco nadie puede decir que es insustancial conocer el fin o misión u objetivo. Es como que te da Cáncer y te preguntas por qué, por qué a mi que he sido tan bueno, tan contemplativo con los deseos de mi prójimo. No sabes qué fin pueda tener tu enfermedad, sólo sabes que el fin de tus días avanza con mayor velocidad que el del resto de tus amigos. Lo mismo pasa con la poesía: los poetas no saben por qué nacieron con la sensación de querer poetizar desde una taza de leche hasta un ganso, lo único que saben es que van a hacer poesía mientras puedan y hasta donde puedan.
El otro día estaba en el baño y escuché un pequeñísimo fragmento de conversación entre un par de amigos que me esperaban:

- Es difícil hacer poesía?
- Pues depende: si no lees, no puedes escribir, mientras más leas vas a poder escribir mejor.

Me encantaría decir que las personas que no lean puedan hacer poesía. Yo lo he intentado varias veces sin rendirme en el intento pero debo afirmar que la sensación laberíntica y de explorador en tierra virgen es inevitable. Lo más coherente de mencionar es que la poesía es un don enfermizo con el que nacen no pocas pero sí determinadas personas, y que al resto de los mortales nos queda como misión leerlas para menguar la severidad de los días o para aburrirnos mientras la vida de la masa antiliteraria brilla viento en popa.