viernes, 13 de abril de 2012

...

Hubiese querido que nuestra historia no sea esa errada fotonovela ochentera, hubiese querido tener alguna que otra razón positiva o un poco de sentido común.
Los días pasan con la frecuencia más rápida que he podido ver, avanzan rápidos y torpes, tropezando unos con otro,s hiriéndose y colapsando sobre las veredas, cayendo dentro de alguna  que otra ventana. Hubiése sido genial contarte todo esto sin el más mínimo decoro y cara cara, como era que nos gustaba. Pero qué era lo que realmente nos gustaba? Nunca pude saberlo, tal vez cuando sea más grande y entienda las cosas con más conciencia y menos emoción. De todas maneras, la vida me parece bellísima y más aún nuestra historia de terror.
Ayer no salí a la calle y creo que por eso tuve tiempo de acordarme de ti.
Hoy caminé bastante por la Av. Saez Peña, por la Av. Pedro Ruiz y me acordé de ti otra vez. La diferencia es que no me recrimino en absoluto por hacerlo.
La nuestra no es una historia cuyos finales fueron felices, de hecho fueron finales abísmicos, traumatizantes, equívocos. No podría imaginar mi vida universitaria sin el hecho de preguntarme dónde estabas cada vez que desaparecías.
Pero
Ahora mismo me pregunto, qué hago aquí?
Aquí.