lunes, 8 de octubre de 2007


Sencillez de canoa, observo el tiempo y trato de disiparlo con saludos efusivos. Mentalización de Charlie Brown, repitiendo constantemente me desconecto de lo material y ya precario desde que descubrimos que más allá de tu horario tan marcado duermen seres extraños que aguardan nuestra partida para aprovecharse de lo inaudito de nuestras esencias al conversar.

Te quiero porque siembras el devenir de mis aguas, rompes surcos invisibles en tendones de algún Aquiles que se sintió tan cansado de escuchar su nombre en las voces universales, que prefirió dedicarse a ver películas en casa, criar un conejo y pensar en sí mismo como un ser universal en su propia azotea.
Ya ni siquiera existen señales de humo en el cielo de las 10 de la noche. Un confesor duerme mientras las arañas le tejen el futuro y lo devoran instantáneamente. Degluten su mirada y las plantas que sembró en un jardín ya roído por las alimañas del cansarse de esperar.


lunes, 1 de octubre de 2007



No reemplazaría ningún diente existente dentro de bocas clandestinas al mundo, ninguna mano moviéndose moribunda como extensiones de algún Crypton contaminado y a punto de tener su propio Big Bam. El silencio se calla porque muere en las mentes ajenas a lo nuevo, se calla porque muere lento y quiere o pretende buscar miradas extrañas, personalidades psicopáticas. Concebir conciencias drásticas es el oficio más antiguo del mundo, y talvez el último que exista después de la gran explosión nuclear, metáforas reles y palpables, nada imaginable sobrepasaría los sentidos tangibles si no existiéramos, barros absurdos de tierra estéril. Caminamos hacia el parque de algún paraíso que no solo tiene plantas y frutos, sino también edificios de reconstrucción del pecado.