viernes, 25 de diciembre de 2009

Lonely navidad

Casi neurótica y casi ermitaña. Casi caigo de nuevo de la cama por soñar tanto esta noche de insomnio y de diciembre. No pensé ser tan fuerte a veces, o a veces pensaba que la superficialidad pueril nunca se iría, o nunca dejaría de quedarse, que no es lo mismo. Una cerveza y una pantalla polícroma me acompañan esta noche. Por suerte Gonzalo me recuerda que debo escuchar los Beatles y me insta a hablar de ellos por este medio, le digo que quería hacerlo pero no sin antes dejarme influenciar o manipular o aconsejar por él. Nada sería lo mismo sin los Beatles ahora. Lo primero que escucho es In my life (que en este momento, por coincidencia, suena de nuevo gracias al shuffle). Esta canción me recuerda que debo hacer mi viaje de lectura, ese que me imagino hasta la punta norte de Long Island o talvez más lejos. Sí. Esa punta norte ahora entretejida de un hielo maldito, de una blancura insoportable que me aleja de las pisadas fuertes en el gras verde del verano, y juraría que huele a carne muerta. Un amigo me invita a un brindis navideño en su casa gracias a la tecnología. Gracias a él y a la tecnología no me siento tan sola. Me siento boba sí, pero no sola. Me llama mi exmejoramiga y concluye mi malestar. No puedo evitar compararme a su perfección de recién nacido. La envidio con locura, con mi neuralgia de media noche, con mi dolor de cola y de pierna, con mi resaca frustrada, con mi vómito de reflexión.
Suena ahora There´s a place y la canto con devoción mientras Gonzalo dice estás depre, o estás cagada, o algo que tiene la misma significancia o significado. Le digo que estoy bien y sigo cantando con fervor o terror... "In my mind there´s no sorrow..."
Suena Strawberry fields y recuerdo que el sábado estuve caminando por Manhattan sin saber por qué lo hacía: no me gusta y suele aburrirme. Me encontré con gente linda pero tambien me crucé con gente rarísima. Bien dicen que en el mundo hay muchos locos, y todos en algún momento van a Manhattan. Fue un día en que debí estar bien, debí ser Silvana, pero Fermina sobrevino totalmente inquisitiva y predecible. La odio cada vez que se interpone entre tan inocentes planes. Naive, me dice la muy canalla.
Working Class Hero me proyecta de nuevo para mi viaje de lectura, viaje que haré sola, viaje que viaja solo por ahora, con el tren o los buses o cualquier animal errante. Me imagino a personas caminando y a personas durmiendo. Me imagino a mi misma escribiendo, y sin pretender nada.
"Happiness is a warm gun.. when I hold you in my arms... and I feel my finger on your trigger...". Qué? Your mother should know. Navidad con los Beatles. Esta es una de las mejores, sin querer, sin apuntar al reloj.
Termino escuchando For no one. Para esta hora, ya todos se han ido, incluso quienes pretendían acompañarme. Hablo horas y horas por teléfono con alguien que nadie conoce. Le digo que aca hace mucho calor, le miento que mañana el sol se ocultará como a las ocho, y me cree. Termino de hablar exhausta y sin sueño. Antes de despedirme, le dije que Fermina es una mujer rara y silente, y que porfavor perdone su ineptitud, y que de ser posible la llame cada jueves o cada sábado. Los viernes y los domingos son los días más tristes de la semana.


domingo, 20 de diciembre de 2009

Agua hirviendo




Qué puedo hacer con esta canción? Es demasiado buena. Quise también colgar Transoceánica, pero el video o los videos le restaban belleza a la canción. Jorge Drexler no es ningún showman, es mas bien un sujeto tímido y silente, lo cual aprecio mucho y me hace tomarle más cariño.
"Me hiciste señales que debía entender, como aquel gesto nuevo de arreglarte el pelo...". Todo me lo imagino muy bonito. Me proyecta. Me imagino a la Caru peinándose. Me imagino haciendo un viaje de lectura, un viaje muy largo con muchos libros para desesperados. Un viaje de lectura es como escapar sin sentido de esos libros, de sus mundos subdivididos, de sus personajes que saltan de una historia a la otra, de tu desesperación por tratarlos como soldados de papel, o de plomo, o de cartón piedra.
Me duele la cabeza del reloj. Las agujas tiritan. Les tiemblan las manos de tanto girar.

Ayer me caí de la cama dos veces por la noche. Soñaba con una muñeca supuestamente rara y supuestamente diabólica, que vagaba de un lado para otro. Y la muñeca esta vagabunda se llamaba Rita y conocía a mucha gente con la que tenía relaciones amicales geniales seguidas por llamadas telefónicas, mensajes de texto, tarjetas de invitaciones y una que otra propuesta de trabajo o de matrimonio o de convivencia laboral. Pero de pronto sus amigos y conocidos se dieron cuenta de que ellos querían ser tan exitosos como ella en sus relaciones interpersonales y decidieron matarla, o secuestrarla y matarla, o tal vez solo secuestrarla. A pesar de ello, la vagabunda muñeca nunca se dio por maltratada y siguió siendo venebolente y educada con sus verdugos. Una noche, ella muere y todos volvieron a ser felices sujetos con virtudes y defectos.

Para el día siguiente me dolía la cara, como si me hubieran dado diez mil cachetadas.

...


Un instante antes de levantar vuelo.

Me hiciste señales que debí entender
Como aquel gesto nuevo de arreglarte el pelo
Miraste como quien mira llover
Un instante antes de levantar vuelo

Volviste a tu cauce de estrella fugaz
Con tu punto de fuga en el cielo
Creo que ya estabas flotando quizás
Un instante antes de levantar vuelo

Ya te mojabas en otro deshielo
Un instante antes de levantar vuelo

Ni todas las líneas del Ecuador
Ni el temor y sus muchos anzuelos
Todo argumento perdía valor
Un instante antes de levantar vuelo

El río cambia y cambia la sed
Lo habías leído en tu anhelo
Estaba ya escrito mucho antes de
El instante antes de levantar vuelo

Ya me mirabas desde otro cielo
Un instante antes de levantar vuelo.

...

Me regalaste tus somníferos, me diste tu oráculo sintético...

lunes, 7 de diciembre de 2009

Se vende este blog

Nuestro cuerpo se divide en dos, y continua caminando. Oigo palabras en inglés, en francés, en idiomas que nunca escucharía porque suenan mal o porque nunca existieron mas que en mi mente. Se mezclan entre todos y el producto es absurdo, desagradable y torpe, como yo. El tiempo se desplaza de un lado a otro sin mirar. Se le ve cansado o estresado. Se me doblan los dedos de frío por caminar tanto tiempo alla afuera en la calle, calle que minutos antes probé tibia y silenciosa. Hace frío y calor, y no veo niños por ningún lado. Se me retuercen las ganas de conversar con alguien y me canso en el intento de esperar, sólo esperar. Salgo a correr escuchando música de Drexler, pero se mezcla con alguna de Miss Rossy, con Tongo, con Supertramp Me produce malestar y paro de una vez. Veamos: si tan solo ahora yo tuviera una virtud, la vomitaría sin dudarlo, ensuciaría con ella todas estas calles que me miran al revés. Sería bueno, y yo sería buena también.
Se me meten a la cabeza unas ideas... bonitas, amarillas, pero sin una finalidad, burdas, absurdas, vanas, contradictorias. Una mujer enfrente de mi se arrepiente de haber escrito su segundo libro. Se le nota vieja y cansada, me apena demasiado su rostro cuando empieza a sonreír. Está planeando suicidarse esta noche después de una cena con carne de res y vino blanco. Son las 7 pm en Lima, Perú. Son las 7 pm en el resto del mundo. Son los heraldos negros que nos manda la muerte, todos los saben. Miércoles es una rata, la peor de todas, y le encanta nadar.
Estamos en el borde entre mi mundo, y el de ustedes.

martes, 1 de diciembre de 2009

Está inconsciente y malherido como un duende. Se siente perdido sin mi. Trata de encontrarse entre sus amigos, entre las calles, entre miles de pares de piernas perfectas. Se quita los vicios y se los vuelve a colgar de los ojos y de las cremalleras. Piensa en mi cada inicio de semana, viajando a la universidad. Piensa en mi cada viernes rudimentario y bucólico. Se repite a cada instante palabras de alegría y sencillez, pero da largos pasos queriendo escapar de una sombra que no existe mas. Se aleja de las calles, del silencio y de las botellas de champagne. Se aleja de mis pueriles y vanos pasatiempos. Se siente hombre, sólo por hoy. Se afeita sin mi permiso.