viernes, 20 de febrero de 2015

Tres


Era un pueblo con nombre de hombre
a orillas de la carretera.

Tenía un mercado
Y un pequeño parque de diversiones
En realidad solo era una
Montaña rusa
A la que subíamos todos los jueves
Y yo gritaba como loca
Y él sólo se encogía de hombros
Pero hacíamos el amor casi
Todos los días
A pesar de que a mí se me había pegado
La costumbre malsana
De querer tener varitas mágicas
Para resolverlo todo.

De día moríamos pero
Por la noche todo era distinto.

Y luego él se fue yendo un poco más
Hacia el sur
Que de costumbre
Y yo solo dormía por placer
En las bancas con moho del recuerdo.


Pero era un pueblo
A orillas de la carretera
Con nombre de hombre
Con su montaña rusa
Y su mercado para comprar
Pequeños vestigios

De vida.