miércoles, 15 de mayo de 2013

Frivolidad






La vida disipada en la clandestinidad no es nada menos frívolo que la que pulula en la extravagancia de lo que se grita a voces. Ambos límites conocen el goce y la desdicha pero cada uno en distintas materias, a distinto volumen también.
Me he despertado las últimas mañanas con un libro al lado y he leído entre líneas por primera vez. También he aprendido a mentirle a esos libros y a traspasar con mi corriente astucia su halo de razón. De hecho esos autores nunca se equivocan, solo han aprendido a tomar atajos.
Quiero entenderlos y quiero saber por qué son casi las doce del medio día y no me atrevo a sacar un pie fuera de la cama, tal vez por temor a caer en aquel abismo de frivolidad.










 


3 comentarios:

  1. Quiero entender que esto que expones es la razón implícita de tu malestar continuo. Se acabará la vida y tu seguirás en tu fuero, en tu lucha interna, intentando sacar del fuego a quienes disfrutan de el. No puedes excusar la falta de interés en tu propia vida por la "estupidéz" de los demás. Tu existencia será trascendente en la medida en que tu misma le des valor. Te estás conformando con vivir de manera frívola. Ojalá te encuentres a ti misma luego de tu autoexilio.

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  2. Querido Mr. D:
    La frivolidad en la que me encuentro ahora es tan exquisita que ya quisieras conocerla. Todo marcha ok. Te invito a visitarme pronto y hablaremos, porque no, tambien de tus frivolidades.
    Tu amiga, Silvi.

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  3. Estimado Silvana, alias Fermina. Si me estás invitando no hay problema alguno. Ya disfrutaré de tu frivolidad compratida muy pronto. Tu amigo, Alan.

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Gracias por comentar.