viernes, 17 de mayo de 2013

Tarde






Nunca me ha gustado despertar tarde pero últimamente me ha pesado despertar
tarde, más que nada, se me eriza algo en los pulmones que no logro describir.
Un dolor, tal vez, o un equívoco placer.
Caminé largo hacia el trabajo y no pude contar el tiempo porque el reloj se me cayó
al agujero negro aquel de tu encantadora imagen barbuda.
Entré al hospital y se me olvidó sonreírle al marcador de entrada.
Qué guapa me veo en las lunas polarizadas de la caja
sobre todo cuando no llevo lentes que me distingan
de esa mancha grande acercándose en silencio.








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