domingo, 16 de enero de 2011

Un día normal



9:30 am

Despierto con la sensación de vaciedad acostumbrada. Soñé con gemelos monocigóticos idénticos, cientos de ellos caminaban de la mano por un peñasco en Puerto Eten mientras un cabalístico número de ovnis circundaba el área a manera de vigilancia tal vez y sin adivinar que de un momento a otro cada pareja de gemelos se lanzaría por el peñasco tras un sueño marino o tras despertar de un sueño gemelar o tras el deseo de dormir entre las aguas.
Despierto y camino hacia mi café caliente.

2:00 pm

La danza del reloj me recuerda a Nijinski con su precisión, sus pies no humanos, su danza extra terrestre, la volatilidad del espacio en que se movía e imagino a los espectadores preguntándose por qué, por qué un ser tan normal y común y corriente puede reproducir tales movimientos que desafían rotundamente la ley de gravedad y pienso al mismo tiempo que cuando miro el reloj una parte de mi mente se pregunta por qué y la otra responde asintiendo y me vuelvo a preguntar sí? sí qué? y mi mente sigue asintiendo pero esta vez lo hace en forma mucho más aletargada, como en cámara lenta y escucho una voz grave y distorsionada que no logro entender y que proviene de la cocina.

8:30 pm

Ella no es sólo una mariposa, es una flor dormida. Nos encontramos en un bar del centro y nos sentamos a conversar. Ella habla con la ligereza de un minuto y se siente bien. De pronto le señalo un cuadro sobre la pared más lejana del bar. Dos mujeres sentadas sosteniendo las quijadas con las muñecas, sosteniendo las muñecas con la poca fuerza que puede dar una cerveza. He ahí nuestra foto, le digo. Ella sonríe. El bar encierra una nostalgia sombría, no me siento como antes allí dentro. Extraño a mi amado tras el cual fugaron varios poemas inconclusos, varias calles Bucarelli, varias estampillas literariamente absurdas sin guión, sin correo, sin chaskis. Y de pronto los borrachos del bar gritan improperios contra el cantante, una de las mujeres del bar sale a cantar al escenario y, completamente ebria, habla de un examen o de una prueba y vocifera sólo un improperio contra el mesero del bar, quien se da por no habido.








3 comentarios:

  1. Me gusta lo normal de tu día. Lleno de mágia y aunque no lo creas de sueños no tan imposibles.

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  2. Me hubiera gustado verte bailar sobre la mesa =).

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  3. Silvi t dejo el covers q hace Mikel, haber q te parece!
    http://www.youtube.com/watch?v=Vfyx4lgzgzE&feature=related

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Gracias por comentar.