domingo, 8 de julio de 2007



Cuando yo hable de casas, será una casa grande y sucia, a la que la tierra y las arañas cubran con cautela y silencio.
Cuando hable de bosques y naturaleza, será naturaleza muerta, como el pan con huevo frito que te comiste en la mañana.

Cuando hable de ganar, será un dolor de cabeza o un desprecio más...

Cuando hable de mi, solo veré un lado oscuro haciéndole sombra a una sonrisa de casting barato, como la que pintaba Arjona...

Uñas rosas gastadas... aruñando un pasado infértil...
Si algo se domesticó en mi vida, fueron mis temores...

Tanta, demasiada niebla en un barco de origami, hecho de un cuarto de papel bond A4 o de la envoltura metálica de una moneda de chocolate...

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