lunes, 2 de julio de 2007


Comienza julio con los dolorosos sopores de un junio melancólico y extenuado, agonizante y fragmentado en piezas que, talvez uniéndolas jamás logren formar algo siquiera abstracto.

El sol de las 3 de la tarde y el viento fuerte, propio de Chiclayo, me recuerdan los temblores pasados e internos que solo logran conmoverme por cuotas...va la primera pequeña, pero sé que las demás serán realmente costosas. Ofrecería tributos eternos por equivocarme, por esperar y no esperar, to be and no to be, pensar y callar cada lectura maligna, cada silencio que interpretarías como un beso.
Mañana será martes y los profesores continúan insistiendo en la huelga por homologación de sueldos. Hay rumores de fracaso para ellos, y yo me inmuto con un "qué importa". Quisiera compartir su malestar habitual para tener un en qué y un en dónde, rocear los días de pólvora inofensiva, desgastada, vencida, aquella que ya no sirve más que de traste viejo o de recuerdo de glorias pasadas, pero que almenos pretende un recuerdo real al cual aferrarse.
Absolutamente siempre fue una palabra demasiado grande y pesada, tanto que no pudiste cargarla y me la encargaste, talvez para yo desgastarla con otras palabras mas livianas y de antonimia hiriente, talvez con el ruido insoportable de una noche tranquila.


1 comentario:

  1. Anónimo11:18 p.m.

    mi vanilla pienso lo mismo de julio a decir verdad cada mes que pasa es un temor nuevo y parecido, pero...las huelgas? jum!!! termina la u ps...je

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Gracias por comentar.