lunes, 25 de marzo de 2013

Sip




Veo el libro sobre la tapa del water y me pregunto por qué esa carátula. También me doy cuenta de que hace un instante había planeado permanecer por lo menos media hora sentada en el baño leyendo el último libro que he adquirido, pero de hecho no he permanecido más de 6 minutos. Este suceso no me hace más que confirmar lo que más me temía y que, sin embargo, debo aceptar como una realidad, por más cruel que lo parezca: Soy hiperactiva. No puede ser, pienso, es por eso que continuamente pienso, y pienso, y pienso tanto sin parar, hiperactiva yo? Pero si siempre me da por aburrirme de todo y casi nunca puedo terminar una actividad que comienzo…ahhhh ok entonces eso puede ser una señal verdad? He acabado de lavarme las manos sin pensar en que lo hacía y ahora, olvidando absolutamente ese puto asunto de la hiperactividad, me concentro nuevamente en la carátula del libro. Es, evidentemente, el rostro de una mujer, aunque no se pueden ver sus ojos sino solamente la parte inferior de su nariz, sus labios rojísimos y su discreta barbilla. Sus labios están entreabiertos y sostienen una bala. Al fondo, como si fuera una canción que acompaña la escena, veo sus dientes que se perciben parejos y bonitos y que dejan que una ligera abertura entre los incisivos medios me comuniquen algo oscuro y temible. Es, sin duda, una mujer muy bonita. Hay en su recortado rostro trazos de tierra y suciedad, hay en sus labios huellas de lápiz labial y de sangre. A penas he llegado a leer, en mi corto viaje al baño, unas páginas del libro y ya  al comienzo habla de una mujer joven sometida a cierta tortura cuya causa aún desconozco.


Ahora me pregunto cómo es que llegó a parar esa bala en esa boca. Me imagino unas cuantas cosas y me gustaría contártelas personalmente.


Vamos a esperar a que regreses de ese viaje absurdo.


1 comentario:

  1. No hay viaje absurdo cuando no se piensa en el destino y el retorno...

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