Estoy alejada de la verdad como un barco.
Y huelo a asfalto.
Si la verdad fuera una luz, me taparía los ojos dejando entrever una pupila vacía.
Si la verdad fuera un barco no sería entonces yo.
Si la verdad fuera un barco, sería de papel.
Se hundiría,
desaparecería.
Estoy alejada y puedo ver.
Tuve que subir a una montaña que no era
Kennesaw
para ver que el pueblo entero
se consumía en llamas.
Nuestro color es el amarillo.
Y nuestra piedra la de la calle.
Y nos gusta creer en horóscopos
por los pretextos.
Me gusta que tengamos pretextos.
Inventar casualidades,
ya sabes cómo soy.
Ayer pasé tanto tiempo en cama
que me convertí en almohada
y se sentía bien y púrpura.
Salí a caminar con los búhos
y los gatos de la noche.
La calle era una lengua inmensa
que me lamía la cara
como un perro bastante amigable.
Soy sólo un pie caminando cuando no estás.
El camino es tan bello
que más bien quisiera ser ojo.
Qué bien que volviste!!!
ResponderBorrarRecién me doy cuenta que estás posteando de nuevo.
Un beso!
Hola Silvana,
ResponderBorrarreleo tu blog sin remordimientos. De esos que la complicidad y discreción de la internet te lo permiten, y me gusta este poema.
Jorge
Gracias, los quiero!
ResponderBorrarAyer pasé tanto tiempo en cama
ResponderBorrarque me convertí en almohada
bacán
La noche es el portal de los poetas, buhos, zorros, cantantes, la luna, putas, amantes y vino tinto...besos
ResponderBorrarme encanto ese poema