miércoles, 20 de enero de 2010

Mi pez


Si yo pudiera me convertiría en un animal. En cualquiera de aquellos que vagabundean por el suelo o por el cielo, y viviría en bandadas o en manadas o en jaurías. En grupo. No escribiría en este blog, no pensaría. Las patas se me teñirían de vez en cuando con el lodo y con el pasto fresco. Qué suavidad la de la tierra húmeda y descalza. La toco porque parece tan ligera y en mis manos se vuelve áspera y me gusta más aún. Pero se va. Se desgasta y me doy cuenta que ahora es un río enorme quien me envuelve, y el río habla como un gran padre que posee a sus hijos, un padre que no tolera enredaderas, que te engendra y te olvida, y te vuelve a engendrar y te vuelve a olvidar. Un padre que se orina de risa al verte recorrer como un muerto su vertiginoso cauce. Entonces soy un pez que busca anzuelo o banco, por momentos me acerco a la superficie y siento que el aire no es tan malo, puedo respirar a pesar de mis braquias pero sintiendo que mi cabeza se estira con un desgano imperativo hacia arriba, alguien tira de mi cabeza o de mis escamas y me pierdo en un sueño profundo en el que soy solamente un niño mirando hacia el mar. Me duelen los ojos y la noche en la playa es muy oscura. Me duele la posición de mi espalda encorvada y enfermiza, mis dedos retorcidos por el tiempo, mi aún mas oscura condición física comparada con aquellos pescadores que caminan por el muelle. Este es mi pedazo de playa, sí señor, esta playa es mía y de nadie más. Comienza desde el borde izquierdo del muelle de Puerto Eten, hasta esta roca tan quieta y tan respetuosa conmigo. Se me llena la boca de saliva y de sal, pruebo un poco de agua de mar y me siento vacío. Mi pedazo de playa se ve tan hermoso cuando la marea está alta. El corto espacio se inunda y en vez de tumbarme sobre la arena corro a esconderme entre las pequeñas cuevas que se formaron con el paso de los años. Me gusta estar aqui, así. De pie no entro, por eso me acuesto y todo es perfecto. Me quedo quieto hasta que termina la noche y comienza el día. Puedo ver el mar, y el sol no toca mas que los dedos de mis pies. Se siente tibio y rico. Retozo acostado sobre la piedra. Pienso que si viene un terremoto talvez muera aplastado entonces sago de un brinco y me mojo toditito con las olas retumbantes. Me río solo y nadie me observa. Se me cae la cara de vergüenza de solo pensar lo miedoso que soy. Entonces corro hacia la orilla y me siento a mirar el muelle, los hombres caminando, mi lado izquierdo tan vacío. Mi playa es un fuerte militar, pienso. Soy el soberano de la nada, de un eclipse solar tan desolado. Me tiembla el cuerpo y creo que es hora de regresar a casa. Me da hambre y pena, de nuevo. Abandono mi playa, la dejo allá atrás y de rato en rato volteo queriendo regresar, o tal vez queriendo tener memoria fotográfica, pero toco mis bolsillos, y sé que no tengo nada. A lo lejos, los pocos veraneantes de las cinco de la tarde ríen con locura. Los traspaso. A lo lejos, la basura del verano se mece con el viento que anuncia la noche. Me llevo de recuerdo una astilla en el pie que duele profundamente. Me la saco sin renegar. Traspaso los basurales ya de camino a casa. Vuelvo a ser el hurón que regresa a su madriguera.









9 comentarios:

  1. wooow
    me has dejado sin palabras
    es hermoso...
    lo mas bello que te habia leido a ti...
    un abrazo.

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  2. que habia leido de ti...perdon

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  3. Una prosa degustable.
    Nos leemos.

    Saludos...

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  4. FERMINAAAA

    HAS VUELTO

    FERMINAAAAAAAA

    CON LOS ANIMALITOS SIEMPREEEEE

    EEEEEEHHHHH

    VEIO RELATO

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  5. Bonito Texto fermina, un planteamiento interesante y qué manera de ponerse en una situación distinta a la humana. Me encantó...
    Saludos...

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  6. así que pezz... ¿no?

    bonito relato :D

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  7. Anónimo6:21 p.m.

    Entonces parece que todos somos animales salvajes. Damos vueltas perdidos en una gran ciudad hambrientos de qué sabe cosas. Nos olemos para conocernos y nos peleamos de vez en cuando por un pedazo de carne. Claro, siendo animales o humanos siempre habra alguien que se quede sin alguna ración y quizá muera. Pero a muchos de nosotros no nos importara.Pero eso ya es asunto de otro lado.

    Sabes Fer...al leer esto reconozco aquello que llaman "estilo" y pienso en tantas cosas como nuestros rostros, nuestros olores y nuestros DNIs

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  8. Yo pienso en ty y en los cimientos de una ciudad desconocida.

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  9. Anónimo12:57 p.m.

    Y yo pienso en si vives despierta o dormida?... Entonces, la finalidad de estar aqui es lograr volver a los comienzos. No escogimos estar fuera de la naturaleza y a mi no me gusta que decidan sobre lo mi vida.
    De vuelta a las plantas...

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Gracias por comentar.