jueves, 6 de diciembre de 2007

i)

Sincronia de velero griego. No pensamos sino actuamos antes de maquinar, antes de hablar. Y yo pensé..y hablé. Igualitos como las piedras siamesas del mar, reconocibles entre ambos desde que los planetas hicieron big bam.
Palmadas de zen zen. Te llevo en lo superficial y en lo irrisorio, golpeo lo blando de lo fatal y repercute en nuestros oídos la vida y la coincidencia.
Vivir para coincidir.
Me quedé en mi cuarto 3 horas más para pensar en ti, en tus contradicciones y en tu futuro sin mi. Yo no abandoné el arte de comentarte, fue el viento que robó de las casas de los pájaros las últimas plumas que quedaban.
Anoche, sin querer y sin sentido, el olor de tus guantes azules volvió a ser tan fuerte como antes. Los guardé entonces en el cesto de ropa sucia. Amanecieron tejiendo. Pero no quiero devolverlos, quiero que respiren solitos y ya no con tu olor ni con el mío, sino con olor de guante, olor de objeto, sui generis, íntegro y nuevo.
Pasaron las 3 horas y volví a ser normal.

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