jueves, 15 de enero de 2009

Mi teoría sobre los dinosaurios.



Ya ningún dinosaurio me sorprende. Todos tan volátiles, tan arcaicos y modernos. Sus dientes parecían enjaular polvo, morder raíces añejas y estériles.

Ellos vienen en grupo y yo no me muevo.

Parece mentira, pero mientras más quieta estoy, más amigables se ven.

Parece mentira, pero me quedo quieta y sonrío, y ellos huyen por la ventana.

Se cogen de la cola formando una gran cadena.

Se trasladan a otro planeta.

Esa era mi teoría.

Los dinosaurios se extinguieron porque volaron, unidos de la cola, hacia otro planeta.

miércoles, 7 de enero de 2009

Soy un hurón


Yo quiero ser un hurón. Yo soy un hurón, porque soy un animal que puede escoger su nombre. Hurón es una palabra triste, restringida, cerrada y callada. Soy un hurón feliz que viaja por el mundo en una canoa de bambú. Remo mañana, tarde y noche, y cuando me aburro, no remo. Cuando me aburro, me pongo a pensar en los árboles frutados, tan bonitos, del bosque. Observo el delicioso límite entre las aguas y la tierra firme. Pero el lodo debajo del mar debe ser tan tenebroso. Se me escarapela el pelaje, reacciono y vuelvo a remar. Quiero ser un hurón que no sabe ni remar ni nadar, y ahogarme en el rio, y sufrir mientras lucho contra la corriente, mientras el bosque completo se burla de mi. Hundirme sin fin, hasta el fondo. Sentir que los tentáculos del agua me cogen los brazos, las piernas y el vientre. Sentir a mis pulmones humeditos, arrugaditos de tanta agua, de tanta sobreinundación. Y perderme, y graznarme, y lanzar mil sonidos de silencio sobre mis cuerdas vocales. Quiero ser un hurón y morir como tal. Quiero reencarnarme después en cualquier cosa que se mueva con el viento, entre los árboles.