de la tarde. ¡Las colinas
doradas, los verdes pinos,
las polvorientas encinas!...
¿Adónde el camino irá?
Yo voy cantando, viajero
a lo largo del sendero...
- la tarde cayendo está-.
"En el corazón tenía
la espina de una pasión;
logré arrancármela un día:
ya no siento el corazón".
Y todo el campo un momento
se queda, mudo y sombrío,
meditando. Suena el viento
en los álamos del río.
La tarde más se oscurece;
y el camino que serpea
y débilmente blanquea
se enturbia y desaparece.
Mi cantar vuelve a plañir:
"Aguda espina dorada,
quién te pudiera sentir
en el corazón clavada".
Bello y sabio...
ResponderBorrarGrande Machado!
Confiaré en la protección de mi Poder Superior para aliviar mi miedo a la vida.
ResponderBorrarvine rastreando un texto que encontré en otro blog...
ResponderBorrarhabla sobre alguien que despierta en una sala con helechos, que se distorcionan los colores si mira hacia la derecha...
etc...
hermoso texto
no lo encontré aquí.. o no busqué tan bien...
hace muchoq no actualizas, veo
saludos