viernes, 14 de junio de 2013

El mar sigue allí





parece que oyera una voz o un sonido, 
o la versión onomatopéyica de una risa, 
una risa que rompe estruendosa a lo largo 
del silencioso pasillo de tu inmaculada distancia,
y que, a pesar de mi desesperación y de mi tristeza, rabia contenida, ira, confusión o amargura,
nada cambia.
ni tu azul cresta derramada convirtiendo al todo en una piscina de colores
y yo ese pez que nada insensible, intrépido
en las profundidades
entre los cardúmenes
en el infinito.







1 comentario:

  1. Lujuriosa sonrisa irónica que ondula de par en par en onomatopeyas simíles a cúasares fulgurantes. Yace dormida bajo ese rastro fugaz pero indeleble, esperando la calma.

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