Veo el
libro sobre la tapa del water y me pregunto por qué esa carátula. También me
doy cuenta de que hace un instante había planeado permanecer por lo menos media
hora sentada en el baño leyendo el último libro que he adquirido, pero de hecho
no he permanecido más de 6 minutos. Este suceso no me hace más que confirmar lo
que más me temía y que, sin embargo, debo aceptar como una realidad, por más
cruel que lo parezca: Soy hiperactiva. No puede ser, pienso, es por eso que
continuamente pienso, y pienso, y pienso tanto sin parar, hiperactiva yo? Pero
si siempre me da por aburrirme de todo y casi nunca puedo terminar una
actividad que comienzo…ahhhh ok entonces eso puede ser una señal verdad? He
acabado de lavarme las manos sin pensar en que lo hacía y ahora, olvidando
absolutamente ese puto asunto de la hiperactividad, me concentro nuevamente en
la carátula del libro. Es, evidentemente, el rostro de una mujer, aunque no se
pueden ver sus ojos sino solamente la parte inferior de su nariz, sus labios
rojísimos y su discreta barbilla. Sus labios están entreabiertos y sostienen
una bala. Al fondo, como si fuera una canción que acompaña la escena, veo sus
dientes que se perciben parejos y bonitos y que dejan que una ligera abertura
entre los incisivos medios me comuniquen algo oscuro y temible. Es,
sin duda, una mujer muy bonita. Hay en su recortado rostro trazos de tierra y
suciedad, hay en sus labios huellas de lápiz labial y de sangre. A penas he
llegado a leer, en mi corto viaje al baño, unas páginas del libro y ya al comienzo habla de una mujer joven
sometida a cierta tortura cuya causa aún desconozco.
Ahora
me pregunto cómo es que llegó a parar esa bala en esa boca. Me imagino unas
cuantas cosas y me gustaría contártelas personalmente.
Vamos a esperar a que regreses de ese viaje absurdo.
No hay viaje absurdo cuando no se piensa en el destino y el retorno...
ResponderBorrar