Suele decirse que cada niño que viene al mundo es una nueva caricia que Dios nos manda, a pesar de todos nuestros errores. Yo mas bien pienso que es una oportunidad que nos da la vida para probar cuanto hemos evolucionado o, por que no, involucionado.
La formación de un nuevo ser es un proceso perfecto y exacto en el cual la simple penetración de un espermatozoide a través de la membrana ovular da lugar a otros cambios mas. Es entonces cuando se comienzan a desencadenar una serie de fenómenos, tales como la meiosis que permiten la fusión de los núcleos del espermatozoide y el ovocito, así como también la combinación de los cromosomas respectivos, dando lugar a la concepción entendida como la formación del cigoto, es decir, la primera célula del nuevo individuo. Aquí se marca el comienzo de la gestación.
Cuando un embarazo es planificado este cadena de sucesos hasta la implantación debe ser seguido paso a paso para lograr una concepción exitosa. Desde los primeros tres meses se debe comenzar por prever un ambiente confortable y sano para el embrión. Una buena recomendación para las madres que planifican un embarazo es el consumo de acido folico, la cual previene alteraciones cromosomaticas. Aquí entra a tallar la labor de la enfermera al brindar básicamente la educación respectiva en este primer periodo. Para esto se debe evaluar la historia clínica de la pareja tomando en cuenta si existen trastornos médicos y procedimientos quirúrgicos previos, empleo de anticonceptivos, antecedentes familiares de enfermedades sistémicas (diabetes, hipertensión arterial, cáncer), entre otros. Por el contrario, cuando un embarazo no es planificado es posible que los cuidados requeridos en las primeras semanas de gestación no se lleven a cabo, pero de igual forma los cuidados deben iniciarse una vez conocido el diagnostico de embarazo. Por ello, es recomendado realizarse un test o ecografía cuando se presenten los signos tempranos de embarazo, tales como amenorrea, cambios mamarios o astenia.
Los conocimientos que la enfermera brinda en esta etapa son de mucha importancia ya que constituye la base de un embarazo sano. Entre los puntos a tomar en cuenta en la etapa previa a la concepción se encuentra el retiro de el DIU un mes antes de la concepción, así como también la suspensión de anticonceptivos orales tres meses antes de esta, puesto que podrían desencadenar algún tipo de efectos desfavorables en el embrión. También debe aconsejarse el subir o bajar de peso según las necesidades en que se encuentre la gestante.
Una vez formado el cigoto este es transportado a través de la trompa de Falopio hasta llegar a implantarse en la cavidad uterina, transformándose al cabo de 4 días en morula, la cual al madurar será llamada blastocisto, rodeada de una capa de células conocida como trofoblasto. Es aquí donde se da el fenómeno de la implantación.
Desde la implantación se puede decir que comienza la etapa embrionaria. Esta etapa se prolonga hasta 8 semanas después de la concepción. Es el tiempo mas critico en el desarrollo de los sistemas orgánicos y de las características externas principales. Podemos deducir entonces que el cuidado aquí es indispensable. Debe recomendársele a la madre consumir una dieta optima, que satisfaga las necesidades energéticas aumentadas, con carbohidratos, grasas y proteínas. El aporte de estos nutrientes debe ser adecuado para soportar la ganancia de peso. Las proteínas son muy importantes porque suministran los aminoácidos para la síntesis de tejidos nuevos.
Respecto a los estilos de vida, debe evitarse el consumo de alcohol y de cigarrillos, pues se ha comprobado en diversos estudios lo perjudicial que resulta su consumo a lo largo del embarazo. La nicotina paraliza los cilios del revestimiento de las trompas de Falopio, dificultando la movilización del cigoto listo para su segmentación, lo que alteraría la implantación de este en el útero, dando lugar a un embarazo ectopico. El consumo de alcohol durante el embarazo da lugar a una patología llamada síndrome alcohólico-fetal. Otro riesgo para el embrión es la exposición de la madre a la radioactividad, lo que ocasionaría alteraciones cromosomaticas. Estudios mencionan que incluso antes de la concepción se debe limitar la toma de radiografías a la 1ra mitad del ciclo menstrual. Es importante también educar a la familia para evitar el consumo de fármacos no prescritos, es decir evitar la automedicación. Es posible que un fármaco no recetado tenga repercusión en la cadena cromosomatica del embrión causando malformaciones congénitas.
También es necesario recomendar a la gestante notificar cualquier signo de alerta que manifieste algún peligro en la gestación, como por ejemplo dolores uterinos, sangrados frecuentes y abundantes, fatiga muy pronunciada, entre otros.
Todos estos cuidados no serán exitosos si antes la enfermera omite brinda una preparación psicológica para ambos padres. Es necesario que la madre tenga un concepto elevado de si misma durante su embarazo, para que pueda realizar sus propios cuidados, sabiendo orientarlos a la satisfacción de las primeras necesidades básicas de un nuevo ser.
Como podemos ver, las etapas ovular y embrionaria están llenas de eventos importantes que merecen un cuidado esmerado por parte de la familia en conjunto. La colaboración de la pareja es importante para que se distinga un progreso en cada etapa del embarazo, resultando así el nacimiento de un niño saludable. Es por ello que la enfermera debe tener preparados de la forma correcta los conocimientos necesarios para brindar un cuidado holístico y personalizado antes, durante y después de la gestación, siendo las tres etapas mencionadas igual de importantes indistintamente.
No olvidemos también que durante las etapas ovular y embrionaria el factor cultura juega un rol importante en la familia. La enfermera debe planificar acciones pertinentes para encaminar las costumbres de la población a la que pertenece la familia entramándolas con los conocimientos científicos, hacia un solo objetivo : lograr una salud reproductiva optima.