lunes, 23 de febrero de 2009

Conejos gigantes


Era solamente un mito pensar que a los conejos les gusta comer rosas. Me lo contaron un día tras otro y yo solo pensaba que era pura coincidencia, que a cualquier animalillo le gustaría probar unos cuantos pétalos de rosas porque son bonitos y deben ser sabrosos. Pero el mito se develó cuando por fin, después de tanto indagar, descubrí que las rosas poseen una sustancia especial en su composición que favorece a cierta especie de mitocondrias pertenecientes a la estructura celular de los conejos. Estas mitocondrias, denominadas Rosessae Cuprini al unirse con la sustancia especial de la rosa (cuyo nombre aún no deciden los científicos) favorece al crecimiento del roedor en cuestión, el cual dista de un desarrollo normal para ser totalmente exagerado y fuera de lugar. Se han deportado conejos de hasta metro y medio de alto. Muchos poblados dedicados a la crianza de conejos y al cultivo de rosas, han llegado a pensar que animales de esta complexión no pueden ser más que un cruce de burro, o tal vez un caso de posesión demoníaca, para no abandonar el lado místico del asunto. Lo que ignoran estos pobladores es que todo se debe básicamente a una sobreingesta de pétalos de rosas. Hay quienes afirman haber probado la carne de los "conejos gigantes" o "burriconejos", como suelen llamarles. Ellos revelan que la carne de estos animales es muy apetitosa y de buen gusto por lo que podría convertirse en la favorita de muchas mesas a nivel nacional. El único hecho lamentable es que esta carne es tan alta en proteínas, vitaminas y minerales que podría causar intoxicación a cualquier persona que consuma más de 50 gramos diarios, pero en vista de ser tan deliciosa y abundante las personas que la probaron han terminado falleciendo a causa de accidente cerebrovascular.

miércoles, 18 de febrero de 2009

Turbulencias - Daniel F (ya la había publicado??)

Esta semana no ha sido muy atenta

Ventiscas de fuego ojos de tormenta

Caminaba extrañado de ver tanto infarto

Explorando rincones, como un mudo lagarto.

Esta semana resultó algo compleja

desde aquella bandeja sopla el viento akí en mi oreja.

Tomamos el avión de las mentiras

Y descentramos esos quicios celestes de la salida…

Divisamos los problemas desde un aerostato

y sin ningún arrebato

vi tu partida… sin despedida.

Esta semana no ha sido nada amistosa

las calles se hundieron en sombras monstruosas

Narrábamos la historia a paso de crucero

Algunos soles negros se quitaban el sombrero.

Pero fue inevitable estampar tierra firme

y al abrigo de los puertos olvidé qué decirte

Recorrí los pasillos de la agonía

buscando no perderte

Pero tú te alejabas…

Y si yo solo no lamo mis heridas

con esta lengua que perfora

¿Quien me sanará? ¿Quien me sanará?

Voy invocando a las mozas mas licenciosas

Y no basta con que cargue un madero o volverme… aventurero

Invocando a mi propia razón

hice de mí un pirata fulero

Esta semana ya parece un desquite si me la dejan sola la ato al viento y no repite.


Voy invocando a las mozas las mas viciosas

Y no basta de andar de culero o volverme ‘extranjero’

Empeñando mi propio puñal que hizo de mí: un carnicero.

Esta semana, si que ha sido un ultraje

Tu ausencia no a tardado en hacerme un sabotaje

Me robaron mis zapatos, me expulsaron del coro

Las heridas van deprisa y por eso me demoro.

Desde esta mañana estoy algo sensible

inflexible pero predecible.

Y si es que esperas que los líos sanen solos

creo, amigo, que perdiste hasta el decoro

Si yo solo no destejo estos mis enredos

Con paciencia de esclavo…

Y en estas palabras ya no entra un destierro

extensos como mundos y planos de condenas y encierros.

Si mi propia razón… no puede ir contra ese torrente

de emociones desbordadas

Si yo solo no me cicatrizo ¿Quien me sanará?

¿Quien me sanará? ¿Quien?

Esta semana estuvo algo movida

Solo me queda esperar la despedida


lunes, 9 de febrero de 2009

Metro

La jaula que sirve para encerrar a determinado animal es llamada "metro" debido a que siendo la medida de cada lado un metro, coincide con las medidas proporcionales exactas de dicho animal. Es una jaula muy cómoda a veces, relajante podría decirse, a juzgar por la mirada placentera del animal. Otras tantas es incómoda y hasta da la impresión de ser demasiado pequeña. La insignificante bestia se mueve, se estira, retoza, vuelve la mirada inquieta y desesperada, las uñas locas por destrozar todo, incluso sus propios órganos. Después reflexiona, mira con desdén, recibe el alimento balanceado que su dueño le proporciona y asevera, cuando yo le pregunto, que el mundo se parece mucho a su jaula.